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Infancia Clandestina, de Benjamín Ávila

… Y son aquellas palabras que quedan guardadas en tu memoria.
Memoria que con el paso del tiempo disuelve, poco a poco, aquellas palabras y, así, la esencia de lo dicho, queda como una huella marcada.
Y son aquellas fotos que permanecen conservadas en algún cajón, en algún álbum, en algún baúl y al abrirlo, el aroma a recuerdo y nostalgia invade todos los sentidos del cuerpo.
La presencia del ser querido que ya no está, aparece, se revive ese momento y una inmensa felicidad invade el alma y alivia el corazón.
Esos instantes que llevaremos con nosotros mismos el resto de nuestras vidas, porque ellos nos enseñaron el camino de la vida, los valores, las costumbres y construyeron a la persona que hoy somos o que queremos ser.
Los pequeños detalles: una caricia, una mirada, una palabra… una sola palabra, se convierten en grandes asesores que marcarán el rumbo de la existencia de cada persona.
Palabras, personas, recuerdos, fotografías, instantes, la deserción, amar, soñar, partir, experimentar, llorar, reír, temer, crecer, construir, valorar, elegir… eso es Infancia Clandestina.

 

Infancia Clandestina es la película dirigida por Benjamín Ávila y protagonizada por Natalia Oreiro, Ernesto Alterio y Cesar Troncoso.
La historia se sitúa en el año 1979, en el seno de una familia montonera, compuesta por el matrimonio y dos hijos: el mayor con doce años. En el momento histórico en el que se encuentra la Argentina, la pareja no solo luchará por sus ideales, sino también por su propia vida.
Lo importante de la película, y lo que indicaría el sentido común, es mirar la historia a través de los adultos. Acá no es así. La mirada y el punto de vista está puesto en el hijo mayor del matrimonio, y la película versa a través de él.
Este niño vive esa vida con total naturalidad, pero tiene que pasar, a su vez, como otra persona y usando otro nombre. Hasta aquí, un día a día normal, lo que no tuvo en cuenta es que en la escuela se iba a enfrentar con su primer amor.
Lo que se puede apreciar en el relato son las emociones, las sensaciones, el sentimiento que se tiene a esa edad y que con el paso del tiempo se desvanecen porque uno crece y se vuelve adulto.
Este film fue seleccionado, entre varias candidatas, para representar a Argentina en los premios Óscar a Mejor Película en Lengua Extranjera. La academia de Hollywood seleccionará, entre las recibidas, a las cinco nominadas. No hay manera de que este film no compita en la entrega de los premios Óscar.
Para los hombres y mujeres que vivieron en esa época y en esos años, para los que la vivieron a través de sus padres, para los que estudiaron la historia, simplemente, por el solo hecho de estar en el colegio o en la universidad, para los que quieren ver la historia de nuestro país desde otra perspectiva, en definitiva, para todos los que quieran disfrutar de una buena historia.
Esta película les atrapará, interiorizará, les hará reflexionar, se emocionarán, se identificarán. La vida de esta familia será vista de otra manera.
Por todas las personas que hoy no están con nosotros porque tomaron un rumbo diferente, un camino de ida, un viaje sin fin, y que se convirtieron en ángeles para guiarnos en el camino de la vida. Por todos ellos, por todas sus creencias, por todos sus valores, por todo lo que nos dejaron, es por lo que vale la pena ver la película.
Será una experiencia emocionante y nostálgica, pero vale la pena sentarse y disfrutar del buen cine argentino.

 

Nota 1: Tras el golpe militar en el año 1976, el director Benjamín Ávila era un niño cuando se exilió con su mamá (militante Montonera), y la pareja de ella. En 1979 regresaron a Argentina y vivieron aquí con otras identidades (de manera clandestina) mientras militaban. Su madre desapareció en octubre de ese mismo año y su hermano más chico fue criado por otra familia. Más tarde, su hermano fue uno de los primeros nietos restituidos por Abuelas de Plaza de Mayo. Benjamín creció con su padre.
Nota 2: Montoneros: fue una organización guerrillera argentina que se identificaba con la izquierda peronista que desarrolló la lucha armada entre los años 1970 y 1979, aunque, su período de máximo poder se extendió hasta 1976. Sus objetivos iniciales fueron la desestabilización del gobierno de facto autodenominado «Revolución Argentina” y el retorno al poder del general Juan Domingo Perón.

 

Dirección: Benjamín Ávila / Producción: Luis Puenzo, Benjamín Ávila / Guion: Marcelo Muller, Benjamín Ávila/Intérpretes: Natalia Oreiro, Ernesto Alterio, César Troncoso / Duración: 112 minutos / Año: 2012

 

Publicado originalmente en Piso Trece Revista Digital.



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